viernes, 6 de noviembre de 2009

Árbol de la vida


Hace unos días conversé con mi jefe Pier, acerca del efecto invernadero que tiene lugar en nuestro planeta, en el que los gases CO2 y el CH4 captan la radiación que es reflejada por la Tierra en la troposfera trayendo consigo el “calentamiento global”.

En los últimos años, todo el mundo comenzó a hablar sobre el medioambiente y la ecología; hoy es un tema presente en eventos, libros, películas, revistas, entre otros.

Algunos piensan que los medios de comunicación están haciendo sensacionalismo con respecto a la situación de nuestro planeta, sin embargo desde hace mucho tiempo se vienen desencadenando fenómenos tales como la lluvia ácida, el derretimiento de los hielos, la crisis del agua, la destrucción de la biodiversidad, el smog, el incremento de desiertos, etc.

¿Pero qué hacemos ante esta situación? Exigimos una mejor calidad de vida, un avance en lo que refiere a documentación, acción global, que las empresas e industrias sean responsables en lo que tiene que ver con el medioambiente, esperando soluciones ajenas a nosotros, pero cada uno puede contribuir en ello, el hecho que no podamos hacer todo, no significa que no podemos hacer nada. Si queremos seguir viviendo en el planeta del futuro, debemos aprender a preservar el de ahora.

La buena noticia es que además a demás de nuestras iniciativas “verdes”, podemos contar con una ayuda esencial; los ambientalistas Ted Nordhaus y Michelle Shellenberger, sugieren en un libro, que la salvación del planeta está en la tecnología; yo pretendo creer que está en nosotros, lo que nos permitirá en un paisaje urbano, enriquecido de una arquitectura espléndida, el embellecerla por una naturaleza exuberante, que incluye el árbol de la vida.

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